miércoles, 13 de febrero de 2019

Decepciones: De la gloria al fracaso I

Foto: Twitter.com
Cinco Mundiales, cuatro Copas Confederaciones, ocho Copas América, participación en todas las Copas del Mundo disputadas y una constante a la hora de sacar futbolistas top convierten a Brasil en uno de los mejores países de la historia del fútbol. Sin embargo, como todos, tuvo un momento en el que su actuación en el torneo más importante de selecciones fue una gran decepción.
   Tras conseguir su primera Copa del Mundo en Suecia 1958 y revalidar el título en Chile 1962, la Verdeamarelha  llegaba al Mundial de Inglaterra 1966 como la gran candidata a quedarse con el trofeo y a convertirse en el primer país en obtenerlo tres veces de manera consecutiva. El sorteo de los grupos determinó que la Canarinha se enfrentaría al al Portugal de Eusébio, la débil Bulgaria y a una Hungría que ya no tenía a todas sus figuras. La clasificación para avanzar de ronda estaba a priori asegurada.

   Los brasileños abrieron el grupo frente a los búlgaros y rápidamente se pusieron en ventaja con un gol de Pelé de tiro libre (con ayuda del arquero) a los 15' del primer tiempo para irse ganando por la mínima al descanso. En la segunda mitad, Garrincha convirtió un golazo de tiro libre poniendo la pelota en el ángulo luego de pegarle de tres dedos y le dio el 2 a 0 final para que la Verdeamarelha se quedé con la victoria.
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   En el segundo encuentro los sudamericanos se enfrentaron, con la ausencia de Pelé (no jugó por la cantidad de patadas recibidas contra Bulgaria) a Hungría y para sorpresa de todos en apenas dos minutos los europeos ganaban 1 a 0 con un golazo de  Ferenc Bene. Sin embargo, diez minutos después un rebote dejaría a Tostao frente al arquero para empatar el partido e irse al entretiempo sin sacarse ventaja. En la segunda mitad un gol de Janos Farkas y otro de Kalman Meszoly sentenciaron el 3 a 1 final para los Magiares Mágicos.

   Con la necesidad de ganar y esperar a lo que sucediera con Hungría, la Canarinha debía enfrentarse a un Portugal que venía de ganar ambos partidos del grupo. A los 15' del primer tiempo, el arquero brasileño no pudo controlar un centro fácil de Eusébio y le sirvió el gol en bandeja a Simoes para poner el 1 a 0 parcial. Solo 10 minutos después, la Pantera Negra recibió un centro y solo tuvo que empujarla con la cabeza para poner el 2 a 0 para irse al descanso.
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   Con la obligación de salir a ganar los brasileños mejoraron en el juego y a falta de 20 minutos una jugada de Jogo Bonito seguida de un golazo desde afuera del área de Rildo, acortaron la ventaja y se ilusionaron con la clasificación. Pero a cinco minutos de que se terminara el partido una volea perfecta de Eusébio sentenció el 3 a 1 final y la vuelta a casa de la Verdeamarelha.
   De esta forma el Scratch, no avanzaba de la fase de grupos por última vez en su historia. Y por si tenían alguna duda si esa Selección entró en declive, se reivindicaron en el siguiente Mundial siendo campeones y demostrando que solo habían tenido unos malos partidos.

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