lunes, 28 de enero de 2019

¿De dónde?: El Hombre de la Selva

Foto: indeksonline.net
Actualmente vemos jugadores africanos constantemente firmando con equipos europeos e incluso con los gigantes del Viejo Continente. Ghana, Costa de Marfil y Camerún son los tres países que más futbolistas suelen aportar como es el caso de Boateng, Drogba o Eto'o. Sin embargo, entre la década de los '80 y principios de los '90 el Liverpool tuvo un sus filas a un arquero procedente de Zimbabue y que le dio muchas alegrías a los Reds.
   Nacido en 1957 en Durban, Sudáfrica, Bruce Grobbelaar no tuvo una infancia fácil y siendo un adolescente fue reclutado para servir en el ejército para defender los intereses de la minoría blanca que dirigía el país Rodesia: Zimbabue, al igual que su Sudáfrica natal, era un protectorado británico.
   "No podría decir cuánta gente maté. Cuando acaba el tiroteo ves cuerpos por todas partes. La primera vez que matas todo lo que tienes en el estómago se te viene a la boca", contaría años más tarde el exfutbolista al medio inglés The Guardian. El conflicto terminó con la victoria rebelde y supuso el fin del gobierno de minoría blanca, pasando el país a llamarse Zimbabue.
   Al volver de la guerra en 1977 sintió la discriminación en su país por jugar al fútbol en el equipo de su ciudad ya que era el deporte relacionado a la raza negra. "Me llamaban El Hombre de la Selva. Decían que aquel chico joven no era blanco, sino un negro con la piel blanca".
   Tras una temporada en Sudáfrica, en 1979 emigró a Canadá para jugar en el Vancouver Whitecaps que al año siguiente lo daría cedido al Crewe Alexandra de la cuarta división inglesa y en donde cambiaría su vida.
   La agilidad y los reflejos de Grobbelaar sorprendían en Inglaterra y llamaron la atención de Bob Paisley (entrenador del Liverpool) que fue a ver al arquero junto con unos cazatalentos. Sin embargo, el encargado de los Reds decidió no quedarse a ver el partido ya que el uno salió a calentar con un paraguas. "Llovía. Pregunté a Mavis, la chica que nos preparaba el té, si podía tomar prestado su paraguas y lo usé para no mojarme", explicaría el africano.
   Luego del partido, los ojeadores del Liverpool insistieron para que fuera parte del equipo y el arquero firmó con ellos llegando al equipo con la idea de ser suplente, pero la salida sorpresiva salida de Ray Clemence le abrió las puertas de la titularidad.
Foto: visualsports
   Permaneció en el club desde 1981 hasta 1993 en donde jugó más de 600 partidos y ganó todo. Seis Ligas, tres Copas de la Liga, cuatro Community Shield y dos FA Cup a nivel nacional y la increíble Copa de Europa en la que durante la definición por penales decidió hacer unos movimientos raros para poder despistar al rival.
   El partido se disputaba en el estadio Olímpico de la capital italiana y el marcador favorecía al conjunto inglés 3-2 frente a la Roma cuando le tocaba el turno al delantero Francesco Graziani. "Graziani caminaba hacia el arco, necesitado de marcar para empatar. Fui a la red y la tiré con mis dientes. Fue cuando pensé, estoy en Roma y el plato nacional es el espagueti, entonces haré las piernas de espagueti. Lo hice y la pelota tocó el travesaño".
   En 1994, con 36 años dejó el Liverpool y su carrera comenzó a decaer pasando por siete equipos ingleses hasta finalmente retirarse en 1999 cuando ya tenía 39. Además, a mitad de los 90' fue acusado de arreglar partidos cuando estaba en los Reds. Sin embargo, tras varios juicios fue declarado inocente.
Foto: myzimbabwe.com.zw
   ¿Y con la Selección? A pesar de nacer en Sudáfrica, Grobbelaar disputó algunos partidos para los juveniles de Rodesia y en 1992 consiguió la nacionalidad de Zimbabue país con el que disputó 32 partidos hasta retirarse en 1998.
   Tras colgar los guantes inició una carrera como director técnico que lo llevó a dirigir en cinco equipos de Sudáfrica entre 1999 y 2006 hasta que volvió a trabajar en 2014 como entrenador de arqueros en el Ottawa Fury de Canadá hasta el 2018.
   Pero ahí no termina la carrera de este excéntrico arquero ya que en el 2018, con 60 años, estuvo en la Copa Mundial de Fútbol de CONIFA, un torneo de Selecciones no reconocidas por la FIFA. Aunque en un principio fue como preparador de arqueros de Matabelelandia, un representativo de Zimbabue, finalmente terminó atajando por la lesión del titular. Sin dudas un gran número uno que supo triunfar y nunca olvidarse de sus orígenes.

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