miércoles, 30 de enero de 2019

Contra todo pronóstico: Un parate al monopolio oceánico

Foto: Radio NZ
Futbolísticamente hablando resulta imposible encontrar un continente que esté tan monopolizado como Oceanía. Dominada primero por Australia hasta su partida en 2006 y luego por Nueva Zelanda, la OFC (Confederación de Fútbol de Oceanía, por su sigla en inglés) rara vez ha visto un campeón que no sea de alguno de esos dos países. Pero sí que los hubo, y uno de ellos fue el Hekari United de Papúa Nueva Guinea, que en 2010 dio el batacazo al quedarse con la Champions League oceánica.

   Fundado a principios de este siglo en Port Moresby, la capital del país, el Hekari se convirtió rápidamente en un club importante y, con el surgimiento en 2006 de la National Soccer League (primera división), en un verdadero gigante, ya que ganó las ocho primeras ediciones. Pero de todas ellas la que nos importa es la 2008/09, que les permitió clasificarse a la por aquel entonces llamada O-League  de la temporada siguiente.
   El desafío de ganar el torneo continental parecía un lejano sueño. De las ocho ediciones que se habían disputado hasta ese entonces una mitad habían sido ganadas por equipos australianos y la otra mitad por neozelandeses. Y eso que todavía no había comenzado la seguidilla del Auckland City, que igualmente se había quedado con la de 2009.
   Por fortuna para los papuanos, el sorteo determinó que debían integrar el Grupo B junto a Lautoka de Fiji, Marist de las Islas Salomón y Tafea de Vanuatu, evitando así a los gigantes de Nueva Zelanda. El objetivo era sencillo: finalizar primeros para acceder a la gran final frente al líder del Grupo A, que estaba compuesto por los kiwis Auckland y Waitakere United, Magenta de Nueva Caledonia y Manu-Ura de Tahití.
Foto: FIFA
   Sin embargo, el arranque estuvo lejos de ser el soñado, ya que apenas sumaron un punto de los primeros seis. Recién en el tercer partido llegó la reacción ante los salomonenses con un 2-1 que dio comienzo a una gran racha de cuatro victorias consecutivas que los depositó en la cima del grupo con 13 unidades, una más que el Lautoka. Por el otro lado la lucha de neozelandeses quedó en manos de Waitakere, que ganó el grupo por apenas un gol de diferencia.
   La definición ya tenía equipos. Y Waitakere, campeón en 2007 y 2008, llegaba como claro favorito. Pero nunca hay que dar a nadie por muerto. Y en la ida el Hekari lo demostró, ya que aprovechó al máximo su localía y goleó por 3-0 con un doblete de Kema Jack, su goleador.
   Para la vuelta, disputada en los primeros días de mayo, apenas un par de miles de hinchas asistieron a lo que aun se pensaba podía ser una remontada histórica. Pero claro, lo histórico fue otra cosa. El partido finalizó con victoria por 2-1 para los de Nueva Zelanda, pero el título quedó en manos de los de Papúa, que lograban cortar con la hegemonía de los gigantes del continente.
Foto: Getty Images
   El otro premio para los papuanos fue viajar a los Emiratos Árabes Unidos para disputar el Mundial de Clubes, en el que cayeron en lo que fue debut y despedida ante el local Al-Wahda por 3-0. Pero eso ya hubiera sido demasiado para un equipo que representó a un país que estaba 203° en el ranking FIFA. La historia debe escribirse de a poco.

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