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| Foto: Fox Sports |
15 de marzo de 1992. Estadio Giovanni Celeste, Sicilia, Italia. Ante apenas un puñado de personas el local, Messina, derrotaba por 1-0 al Padova por la 26° jornada de la Serie B 1991/92, en un duelo entre dos equipos que peleaban por no descender. Pero aunque parezca extraño, el tempranero gol de Raimondo Marino no fue lo único destacable de aquel partido que sirvió como debut para un joven artista de 17 años: Alessandro Del Piero.
Por aquel entonces el Padova no atravesaba su mejor momento, y tras seis partidos consecutivos sin victorias (cinco igualdades y una caída), el entrenador Bruno Mazzia decidió que era hora de probar al joven que con sus pinceladas ya asomaba como promesa del fútbol italiano. “No quiero tomar crédito solo de mí mismo. Era el mejor de la Primavera, gradualmente lo insertamos en el primer equipo y, como el plantel era corto, comenzó a ser llamado”, recordó tiempo después el técnico.
Lo cierto es que la jugada no funcionó del todo bien. Pinturicchio ingresó a los 65' por Roberto Putelli y nada pudo hacer para cambiar el resultado. Recién volvería a ser tenido en cuenta para las últimas fechas de un campeonato en el que su equipo esquivó el descenso por apenas un punto.
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| Foto: The Number 10 Role |
Ya para el torneo siguiente ganó más protagonismo y luego se marchó a la Juventus, donde se convirtió en el jugador con más partidos disputados y el máximo goleador de la historia del club, ganando una Champions League y una Intercontinental, entre otras tantas cosas, además de ser campeón del mundo con Italia. Y regresando a la Serie B únicamente para devolver a lo más alto a su amada Vecchia Signora.


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