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Foto: enteratefuerzadedios.com
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En la fecha 12 del Campeonato de Primera División de 1961 se
disputó el Superclásico, pero no fue uno más de los tantos que protagonizaron Millonarios y Xeneizes, ya que, pese a que ninguno de los dos equipos fue un
animador del torneo (River finalizó tercero a nueve puntos del campeón Racing,
mientras que Boca fue quinto) tuvo un condimento especial.
La llegada de tantos extranjeros provocó que tengan un rol
que difícilmente pueda pasar desapercibido en el partido, ya que de los 22
jugadores que salieron a la cancha como titulares, diez de ellos nacieron fuera
de Argentina, siendo la edición en la que más hubo.
Por el lado de River jugaron el uruguayo Domingo Pérez, el
español Pepillo y los brasileños Moacir, Delem y Roberto. Boca, por su parte,
también contó con jugadores nacidos en Brasil como Orlando, Dino Sani, Valentim
y Maurinho mientras que el peruano Víctor Benítez completó la nómina, quedando
cinco extranjeros por bando. Además, el conjunto de la Ribera era dirigido por
Vicente Feola, brasileño, que fue campeón dirigiendo a la Verdeamarelha en el Mundial de Suecia tres años antes.
Aquel encuentro disputado el 6 de agosto tuvo un detalle más
particular aún en relación a los extranjeros, y fue que anotaron los cuatro
goles que hubo en el empate 2-2 entre River y Boca. El peruano Benítez abrió el
marcador para el Xeneize a los 11
minutos de juego, los brasileños Moacir y Valentim a los 22 y a los 24 respectivamente anotaron
en el encuentro y casi sobre el final el español Pepillo igualó para el Millonario a los 83.
Así, los extranjeros lograron brindar el espectáculo que los
presidentes de ambos clubes buscaban, ya que fueron protagonistas de un entretenido
empate en El Monumental que no pasó desapercibido en la historia.

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