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| Foto: espn.com.ar |
Si hay un país africano que sabe de delanteros es Camerún.
Jugadores como Patrick Mboma, Samuel Eto’o y el Viejo León Roger Milla saben lo que es brillar y ser reconocidos en
su Selección, además de desempeñarse en el fútbol europeo y mostrar su
categoría. Sin embargo, también hay otros que han forjado su carrera lejos de
esos flashes pero igualmente alcanzaron el reconocimiento de equipos
importantes.
Tras su paso por el fútbol danés, su llegada a Boca Juniors
se hizo realidad. En principio, los hinchas lo tomaron como un movimiento
extraño de la dirigencia, ya que fichar a un delantero camerunés que jugaba en
Dinamarca y no había destacado de gran manera no era habitual. No obstante,
enseguida cayó simpático y gracias a la potencia que evidenciaba y su buen
juego aéreo el público Xeneize le
demostró su cariño.
En su segundo partido con la camiseta azul y oro, Tchami le
marcó por duplicado a Newell´s en La Bombonera y rápidamente se convirtió en el
jugador sensación del Clausura 1995, en el cual anotó seis goles y tuvo un
nivel más que positivo para el equipo dirigido por Silvio Marzolini.
Sin embargo, uno de sus goles fue más especial que el resto
y fue el que le permitió ser recordado y querido por el hincha de Boca en la
actualidad, pasados más de veinte años de su paso por el club. Fue el 18 de junio
de 1995 ante River en El Monumental, en un triunfo del equipo de la Ribera
sobre el Millonario por 4-2.
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| Foto: clarin.com |
River abrió el marcador con un remate de Ariel Ortega que se
desvió en Fernando Gamboa pero Boca reaccionó rápidamente y dio vuelta el encuentro
con los tantos de Julio Saldaña y Alberto Márcico. Cuando el Superclásico
estaba cerca de su epílogo, a los 85 minutos, el camerunés Tchami liquidó el
partido con un potente derechazo alto y al primer palo inatajable para Germán
Burgos. Aún quedó tiempo para que Rubén Da Silva para el Xeneize y Enzo Francescoli para el Millonario redondeen el 4-2 final.
Tanto furor despertó en el hincha de Boca el gol de Tchami
que en la fecha siguiente, La Bombonera lo mimó al ritmo de “Y ya lo ve, y ya
lo ve, es el hermano de Pelé”. Finalmente, el africano se marchó en 1997 con
cincuenta partidos y once goles a cuestas en el conjunto de la Ribera y dejó
una marca imborrable. En el resto de su carrera, se destacan los pasos por el
Hertha de Berlín de Alemania y el Niza de Francia, además de su participación
en el Mundial de Estados Unidos 1994 y Francia 1998.


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