miércoles, 28 de noviembre de 2018

Decepciones: Del furor a la puerta de atrás

Foto: antena3.com
A mediados del 2014, el Liverpool se desprendió de su principal figura y goleador. Luis Suárez abandonó Anfield para acompañar a Lionel Messi y a Neymar en el Barcelona y formar un tridente que le brindaría grandes alegrías al equipo catalán. No obstante, el conjunto inglés confiaba en no extrañar al atacante uruguayo, ya que incorporó a la institución a un delantero que daba que hablar, tanto por sus actuaciones dentro del verde césped como por sus polémicas extra futbolísticas: Mario Balotelli.

   El jugador italiano, conocido por el público inglés por su paso por el Manchester City, llegaba con buenos pergaminos. En el equipo ciudadano marcó treinta goles y fue parte de tres títulos: la FA Cup en 2011, la Premier League  y la Community Shield en 2012. Además, previamente había conquistado tres scudettos con el Inter, una Copa Italia, una Supercopa Italia, y su logro más importante con el Neroazzurro, la Champions League conseguida en la temporada 2009/10.
   Proveniente del Milan, en donde mostró un buen rendimiento, Súper Mario llegó al Liverpool a cambio de 16 millones de libras y con un contrato por tres años. En declaraciones con el sitio oficial de los Reds, manifestó: “estoy muy contento, vine porque es uno de los mejores equipos de Inglaterra y con jugadores jóvenes”. Además, se mostró sorprendido por la bienvenida que le dieron los hinchas: “No esperaba la increíble reacción porque los aficionados no eran buenos conmigo cuando enfrentaba al Liverpool con el Manchester City. Puedo ver la expectativa de la gente, son muy felices y eso me hace feliz a mí”.
   Balotelli no exageró con sus declaraciones. Su llegada provocó un furor que generó desde pequeños gestos como que le dedicaran una canción o que un hincha lo nombrara en el Ice Bucket Challenge, el reto que consistía en vaciar un balde de agua helada sobre uno mismo, hasta grandes muestras de cariño, como que los fanáticos hayan agotado la primer tanda de camisetas con su nombre y el número 45 el mismo día que estampó su firma.
   Además, el italiano contó rápidamente con el apoyo de su entrenador, Brendan Rodgers, que dialogó con el sitio oficial del Liverpool y comentó que “la transferencia representa un valor excepcional” y que el negocio “ha sido realmente inteligente”. “No hay duda de su habilidad, es de clase mundial y tiene una vasta experiencia pese a sus jóvenes 24 años”, amplió el director técnico nacido en Irlanda del Norte.
Foto:provenquality.com
   A pesar del boom que causó con su llegada, su estadía en Liverpool tan solo duro una temporada, en la cual anotó solamente cuatro goles en 28 encuentros disputados, una cifra muy baja para un delantero de su nivel, que lejos estuvo de cumplir con las expectativas. Además, para la temporada siguiente, Christian Benteke y Roberto Firmino se sumaron al equipo y Balotelli, sin lugar, regresó a préstamo al Milan por un año.
   Jurgen Klopp, entrenador de los Reds cuando retornó el Nene, rápidamente le informó que no sería tenido en cuenta. Por ello y a causa del elevado contrato, la mejor alternativa fue la recisión del mismo y finalmente se marchó al Niza de Francia sin dejarle dinero al conjunto inglés, evidenciando que finalmente no fue un negocio inteligente como había opinado Rodgers dos años atrás.
   Tiempo después, ya instalado en su nuevo club, Balotelli le brindó una entrevista a Sky Italia y dejó en claro que el bajo rendimiento se dio por “no haber podido adaptarse a un ambiente en el que no se encontraba”. Así fue como Súper Mario pasó de llegar al Liverpool con todas las luces a marcharse gratis y por la puerta de atrás.

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