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| Foto: ole.com.ar |
La importancia que tienen los amistosos de verano entre Boca
y River suele ser un tema de discusión entre los hinchas de ambos equipos, ya
que algunos les brindan más trascendencia y otros los toman como simples partidos
de pretemporada. La realidad es que los antecedentes hablan por sí mismos y si
bien es cierto que no son encuentros por los puntos, algunos resultados han
dejado marcas y hasta han originado salidas de prestigiosos entrenadores, como
Ramón Díaz en el 2000 y Alfio Basile en 2010.
Justamente el riojano, dos años después, volvió a ser
víctima de un amistoso de verano ante Boca. Al haber declarado que iba a
ganarle al Xeneize los tres partidos
de pretemporada y haberse impuesto en el primero por penales, River contó con
jugadores de la talla de Ariel Ortega, Eduardo Coudet, Esteban Cambiasso y
Ángel Comizzo desde el arranque.
El Maestro Tabárez, director técnico de Boca, por su parte,
guardó a sus titulares y decidió afrontar el partido en Mar del Plata con
suplentes. Con ese panorama, el Millonario
era claro candidato a quedarse con la victoria. No obstante, cuando solo iban
cuatro minutos de juego, Ariel Carreño aventajó a los de la Ribera con un
derechazo tras haber hecho pasar de largo a Matías Lequi.
Boca no se conformó y fue por más. Marcelo Delgado encontró
espacios luego de una mala entrega del zaguero Celso Ayala y le tiró un buen
centro al autor del primer gol, que falló en la definición, pero el rebote favoreció
a Omar Pérez, que solo tuvo que tocar al arco vacío.
River tuvo la suya para descontar a través de los doce
pasos, porque José Calvo cometió una infracción dentro del área sobre Juan Esnaider,
pero el uruguayo Daniel Fonseca, verdugo de Boca en la definición en Mendoza,
no pudo convertirle a Wilfredo Caballero, que atajó el penal.
Los dirigidos por Tabárez se floreaban en el campo y eran
muy superiores, y en 35 minutos ya ganaban 3-0, ya que el Chelo Delgado sacó un remate de afuera del área impresionante que
sorprendió a Comizzo. Para profundizar la superioridad, Carreño, ya en el
complemento, definió en un mano a mano y marcó el cuarto. Posteriormente, el
delantero, eufórico, se sacó su camiseta número 11 y abrazó al juez de línea
Ernesto Taibi en su festejo.
Esa situación desencadenó una lamentable situación de
violencia que obligó al árbitro Héctor Baldassi a suspender el clásico a los 15
minutos del segundo tiempo. La hinchada de River invadió el sector de plateas
de Boca y comenzaron los enfrentamientos entre ambas parcialidades y la
policía. El encuentro no pudo terminar, pero el equipo Xeneize se quedó con un gran 4-0 que, pese a ser un partido de
verano jugado con juveniles, sorprendió a todos y se sigue recordando hasta la actualidad.

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