viernes, 19 de octubre de 2018

Promesas y nada más: Un "10" del que se esperaba más

Foto: Sportsmole.co.uk
Si hay algo que caracteriza a la Selección alemana es su increíble capacidad para constantemente hacer debutar a jóvenes jugadores que pintan bien y a los que parece depararles un excelente porvenir. Sin embargo, el futuro no les jugó una buena pasada con Marko Marin, un "10" que parecía tener todo para ser el líder de una nueva generación.
   A pesar de haber nacido en la ya extinta Yugoslavia, el joven talentoso se mudó junto con su familia a Frankfurt cuando sólo tenía dos años para escapar de la guerra que comenzaba en Bosnia-Herzegovina. Ya en tierras bávaras comenzó a jugar en las inferiores del Eintracht Frankfurt, aunque en la temporada 2005/06 el Borussia Monchengladbach de la segunda división decidió comprarlo con solo 17 años y dejarlo en la reserva. Sin embargo, en la temporada siguiente pudo hacer su debut con el primer equipo, entrando desde el banco y dando una asistencia sólo siete minutos después de ingresar para poner el 1 a 1 final. Al año siguiente, Marin dio 13 asistencias y consiguió el tan ansiado ascenso siendo una de las principales figuras.
   Tras ser determinante con el primer equipo y habiendo ganado el campeonato europeo Sub-21 con Alemania, en la temporada 2009/10 le llegó la chance de emigrar al Werder Bremen, en donde utilizó la camiseta número 10 y armó una dupla increíble junto a Mesut Ozil. Además, una vez culminada la liga, el entrenador de la Die Mannschaft, Joachim Low, decidió ponerlo entre los 23 futbolistas que estarían en el Mundial de Sudáfrica en donde no logró rendir con el nivel que se esperaba.
   Luego de ser la pieza fundamental del Werder Bremen, en la temporada 2012/13 y con solo 23 años le llegó el momento de dar el paso a uno de los grandes europeos, el Chelsea. Sin embargo, nunca logró adaptarse y solo jugó ocho partidos por lo que al año siguiente se fue cedido al Sevilla.
   Con el equipo andaluz fue suplente durante toda la temporada y ganó la Europa League en donde protagonizó un hecho poco común en la final, ingresando al minuto 79 y siendo sustituido a los 107. Tras volver al Chelsea comenzó una travesía a préstamo que lo llevó a jugar dos temporadas en tres clubes: la Fiorentina, el Anderlecht y el Trabzonspor.
Foto: Sopistas.com
Ya desvinculado del Chelsea, en el 2016 decidió cambiar de aire y firmar por tres años con el Olympiacos de Grecia, en donde volvió a tener confianza, mejoró su nivel y se consagró como campeón de la liga en el primer año.
   En septiembre de este año el Estrella Roja de Serbia compró a un Marin que parece haber vuelto a encontrar su mejor nivel e incluso ya le metió un golazo al PSG en la Champions League. ¿Podrá el alemán volver a deleitar a todos y por fin triunfar en un equipo grande? En marzo cumplirá 30 y veremos si la nueva década lo hace resurgir.

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