El pasado jueves culminaron los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, y hoy terminaremos con la sección que comenzamos aquí para vivir de una manera distinta este evento histórico para nuestro país. Y se nos hace difícil imaginar una mejor manera de cerrar Buenos Aires 2018 que con un deportista ejemplar como lo fue el húngaro Alfréd Hajós, el primer campeón olímpico de natación.
Con 18 años, el joven nacido en Budapest consiguió sendos oros en las pruebas de 100 metros libres y 1.200 metros libres en Atenas 1896, los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna. “Mi deseo de vivir era superior a mi deseo de ganar”, declaró tras la presea dorada de la segunda competencia, en la que tuvo que nadar durante casi 20 minutos en un revuelto mar Egeo que rondaba los 13°C.
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| Foto: Hungary Today |
Pero sus capacidades deportivas no se limitaban al agua. Apenas unos años después, en 1902, formó parte del seleccionado húngaro de fútbol en el primer partido oficial de su historia, que acabó con caída por 5-0 ante Austria en Viena. También disputó varios encuentros más, en su mayoría no oficiales, y hasta fue el técnico de los magiares en 1906, además de haber sido multicampeón nacional en pruebas de atletismo y un reconocido arquitecto.
Todoterreno queda corto para un hombre que luego de su gran actuación en Atenas 1896 fue abordado por el príncipe Constantino de Grecia, que le preguntó dónde aprendió a nadar tan bien. “En el agua”, fue la respuesta de Hajós, toda una leyenda del deporte mundial que no hizo más que enaltecer los valores olímpicos.
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