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| Foto: Globoesporte.globo.com |
El Benfica es sin dudas uno de los equipos más importantes de Portugal y por donde han pasado cientos de estrellas mundiales antes de dar el gran salto a los clubes top del Viejo Continente. Bicampeón del torneo más importante de Europa en 1961 y 1962 acabando con el reinado del Real Madrid, las Águilas tenían todo para convertirse en una de las instituciones más grandes de la historia. Sin embargo, nunca lo lograron debido a una maldición que los atormenta hace más de 55 años.
En 1959, cuatro años después de la creación de la por aquel entonces Copa de Europa (actual Champions League) asumía con 60 años en el Benfica, Béla Guttmann, un oriundo de Budapest que traía en su haber dos ligas y una Copa de Europa Central conseguidas con el Újpest Dózsa de Hungría y un Campeonato Paulista con el San Pablo en Brasil.
En la temporada siguiente se consagró como campeón de la Liga y de la Copa de Europa luego de ganarle 3 a 2 la final al Barcelona de Luis Suárez y Ladislao Kubala, que había eliminado al Real Madrid (venía de ganar las cinco ediciones disputadas) para así alzar por primera vez el torneo más importante del continente.
Con la ilusión de revalidar el título, en 1961 llegaba al club un joven de 18 años que se convertiría en leyenda: Eusébio.. Aunque no pudieron ganar el torneo local, se llevaron a casa la Copa de Portugal y nuevamente se alzaron con la Copa de Europa luego de eliminar al Tottenham en semifinales y al mítico Real Madrid de Puskas y Di Stéfano 5 a 3 con dos goles de Eusébio, a pesar de empezar perdiendo 2 a 0 en solo 25 minutos. El Benfica volvía a reinar en Europa y Guttmann era amado por todos los hinchas de las Águilas.
Luego de haber conseguido ganar todo, el entrenador decidió que era el momento de juntarse con los directivos del club y pedir un aumento en su sueldo que el club consideró excesivo, por lo que el húngaro se fue del equipo y dejó una de las frases más fuertes de la historia: "Sin mi el Benfica no volverá a ganar un título europeo en 100 años" algo que todos se tomaron como una broma.
Para la temporada 1962/63, la siguiente desde la partida de Guttmann, las Águilas lideradas por Eusébio y con el chileno Fernando Riera al frente del equipo se quedaron con el torneo local e iban nuevamente por la consagración en la Copa de Europa.
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| Foto: Foto: Comunquemilan.it |
Los portugueses eran claros favoritos para quedarse con el trofeo. A los 18 minutos Eusébio abrió el marcador con el que se fueron al descanso, el título estaba cada vez más cerca. Sin embargo, José Altafini igualó el partido a los 58' y diez minutos después puso el 2 a 1 final para que los italianos consiguieran su primera Copa de Europa y comenzara "La maldición de Béla Guttman".
Después de ese partido, el Benfica perdió las finales de la Copa de Europa en 1965 y 1968 por lo que la maldición comenzaba a ser realidad. En 1981 el mítico técnico falleció y se creía que la maldición había terminado. Sin embargo, se volvieron a quedar a las puertas del máximo torneo continental en 1988 y 1990 y de la Copa de la UEFA en 1983, 2013 y 2014, un total de ocho definiciones desde la partida del húngaro.
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| Foto: Globoesporte.globo.com |
Antes de su última caída, en conmemoración a los 110 años del club, hicieron una estatua en honor a Guttmann en la cual está con las dos copas obtenidas pero no funcionó de nada. Van ocho finales perdidas y si continúa la madición, todavía le quedan 44 años sin títulos europeos a los portugueses.



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