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| Foto: eltucumano.com |
Si hay un equipo a lo largo
de la historia del futbol brasileño que representó fehacientemente el Jogo Bonito fue sin dudas el Santos en
la década del ’60, período en donde contaba con un astro que integraría
posteriormente el olimpo de los mejores futbolistas de todos los tiempos: Pelé.
Como se sabe, el fútbol es
un deporte colectivo, y si bien las individualidades pueden brillar, siempre
necesitan de un conjunto que les permita explotar sus condiciones. Así fue el
caso de Pelé en el conjunto paulista, que a pesar de ser el más destacado, tuvo
compañeros que colaboraron a que el delantero se luciera. Mengalvio, Dorval,
Pepe y Coutinho (los dos últimos, junto con O
Rei, son los tres máximos goleadores en la historia del Santos) también
dejaron su huella y aportaron espectáculo.
Luego de desplegar magia por
todo Brasil y haber dominado el fútbol local, llegaba el momento del plano
internacional y la Copa Libertadores de 1962 era el escenario para ello. Tras pasar con facilidad el grupo
frente a Cerro Porteño y Deportivo Municipal de Bolivia y derrotar por 2-1 en
el global a Universidad Católica, llegó la final contra el campeón defensor,
Peñarol.
Con dos tantos de Coutinho,
Santos se hizo fuerte en el Centenario y ganó 2-1 el primer encuentro. Sin
embargo, El Carbonero no se achicó en
Brasil y se impuso 3-2 para forzar un desempate en suelo neutral y Argentina
fue la sede. En El Monumental, Pelé brilló, convirtió dos goles y Santos se
adjudicó la Libertadores tras vencer 3-0. El primer tanto del encuentro fue de
Omar Caetano en contra.
Con el dominio en el
continente asegurado, llegaba el momento de jugar la Intercontinental ante el
Benfica de Eusébio. En Vila Belmiro fue triunfo del elenco paulista 3-2
mientras que en la revancha Santos pasó por encima a su rival y lo derrotó 5-2,
con tres tantos de Pelé.
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| Foto: elgrafico.com.ar |
Al año siguiente los logros
no se detuvieron y se repitió la doble hazaña. En la Libertadores, Boca Juniors
fue el rival en la final y lo venció por 5-3 en el global. La Intercontinental,
fue más que emocionante ya que el Milan derrotó a los brasileños por 4-2 en
Italia. No obstante, en el Maracaná, se repitió el resultado, pero ésta vez a
favor del Santos.
Así llegaron al partido de
desempate y con un tanto de Dalmo de penal, el título para los dirigidos por
Lula Alonso Pérez y la revalidación de lo conseguido el año anterior era un
hecho. Al año siguiente Santos cayó con Independiente en la Libertadores y el
pico de rendimiento disminuyó. De todas formas, el equipo que garantizaba
espectáculo a cada estadio que iba quedó en la historia y a más de 50 años aún
se recuerda a ese grupo de jugadores que saludaba al público como si fueran
artistas, previo a dar pinceladas con la pelota.


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