miércoles, 14 de febrero de 2018

Un festejo para el infarto

Foto: deportes.televisa.com
Dicen que la "garra charrúa" es lo que diferencia a los futbolistas uruguayos del resto y es que, desde comienzos del siglo XX, lograron afianzarse como una de las tres potencias sudamericanas gracias a su motivación y pasión por el deporte rey. Un claro ejemplo de su amor por el fútbol quedó demostrado por Juan Hohberg durante la semifinal del Mundial de Suiza ´54 frente a Hungría. 
   Los debutantes europeos, liderados por Ferenc Puskas, consiguieron 17 goles a favor y solo tres en contra durante la fase de grupos frente a Corea del Sur (9 a 0) y Alemania Federal (8 a 3), y clasificaron a cuartos de final para enfrentar al último subcampeón, Brasil. Sin embargo, a los húngaros no les importó y los derrotaron 4 a 2 para obtener un lugar entre los cuatro mejores. 
   A pesar de los números logrados por los Magiares Mágicos, los sudamericanos no se achicaban e iban a dar pelea para jugar nuevamente una final y, por qué no, conseguir nuevamente el título que obtuvieron frente a Brasil en el ´50.
   A los 10 minutos, Hungría consiguió abrir el marcador y dominó todo el primer tiempo. A los 2 minutos del complemento lograron el 2 a 0 y continuaron demostrando su nivel ante un equipo uruguayo irreconocible. No obstante, a falta de 15 minutos apareció la "garra charrúa" y Hohberg, que debutaba en ese partido, consiguió el descuento para reanimar a la Celeste. A falta de cuatro minutos para que el partido finalizara, el delantero se enfrentó al arquero húngaro, lo eludió y solo tuvo que empujarla para conseguir igualar el partido en dos y forzar el alargue.
   A pesar de la alegría, el hecho histórico ocurrió tras ese gol. Durante el festejo, los compañeros se le abalanzaron y abrazaron, la presión y emoción que tuvo Hohberg en ese momento ocasionaron que no pueda jugar los últimos minutos que le quedaban al partido, ¿El motivo? Le dio un paro cardíaco. 
   Para suerte del futbolista, el médico del equipo logró reanimarlo, y a pesar que no pudo jugar los seis minutos que le quedaban al partido, la "garra charrúa" fue más fuerte y Hohberg decidió ingresar y continuar jugando con el primer tiempo extra ya empezado. Sin embargo, el disgusto continuó para los uruguayos que no supieron controlar el partido y Sándor Kocsis anotó dos goles para los Magiares Mágicos, que lograron el 4 a 2 definitivo dejando a la Celeste afuera de la Copa del Mundo. Sin dudas un partido para el infarto.  

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