A pesar de tener una de las
mejores ligas del planeta y de estar insertado en la elite del fútbol mundial,
a España le ha costado llegar a las fases decisivas. Antes de la explosión de
su mejor generación de futbolistas, previo a la Eurocopa Austria-Suiza 2008, la
Furia Roja había superado la barrera
de los Cuartos de Final solamente una vez, en Brasil ’50 (el formato de
competencia era distinto), donde terminaría en la cuarta posición.
Luego de aquella buena actuación,
comenzaría una debacle que duraría tres décadas. Hasta el Mundial del ’82, en
el cual fue el país anfitrión, España no logró avanzar más allá de la primera
ronda, pese a haber contado con jugadores de la talla de Luis Suárez y Alfredo
Di Stéfano. Se ausentó en Suiza ‘54, Suecia ‘58, México ‘70 y Alemania ’74 y se
despidió en la fase inicial en Chile ’62, Inglaterra ’66 y Argentina ’78.
A partir de allí la
performance de los ibéricos en Copas del Mundo mejoraría, y además,
participarían ininterrumpidamente en todas las ediciones. Sin embargo, al
finalizar el Mundial del 2006, los españoles tenían la sensación que tenían
material para dar el gran salto y hacer historia, pese a que los resultados les
eran esquivos. Y fue en ese momento en el cual comenzaría a gestarse la época
dorada de La Furia Roja.
Con Luis Aragonés como entrenador, España conquistaría su
segunda Eurocopa, la del 2008 (había ganado la del ’64), jugando un fútbol muy
vistoso y ofensivo que resultó atractivo para los hinchas y los llenó de
ilusión de cara al futuro. Luego de la obtención, el director técnico abandonó
su cargo y en su lugar asumió Vicente Del Bosque. No obstante, los éxitos y el
sello futbolístico no terminarían allí.
De la mano de uno de los
mejores arqueros de las últimas décadas como Casillas, defensores que han
sabido quedar en la historia grande del Barcelona (Puyol y Piqué) y del Real
Madrid (Sergio Ramos), volantes exquisitos de buen pie como Xavi Hernández,
Xabi Alonso, Iniesta, Sergio Busquets y Cesc Fábregas y grandes goleadores como
lo fueron Villa y Torres, España tocó el cielo con las manos. Derrotó a Países
Bajos en una final cerrada por 1-0 en la prórroga y se consagró campeona del
mundo en Sudáfrica 2010, quedando eternamente en la memoria de los
simpatizantes que tanto esperaban ver a su Selección en lo más alto.
Después La Furia Roja se proclamaría bicampeona de la Eurocopa en 2012,
goleando en la final a Italia por 4-0. El segundo puesto con derrota ante
Brasil por 3-0 en el partido decisivo de la Copa Confederaciones 2013 y la
eliminación en primera ronda en el Mundial de 2014 marcaron que era necesario
un recambio generacional, un proceso que inició y recorrió estos últimos cuatro
años con el objetivo puesto en repetir la gran hazaña en Rusia.

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