La eterna espera de Luxemburgo

Foto: Luxemburger Wort

Dicen que no hay mal que dure 100 años, aunque la humilde Selección de Luxemburgo parece dispuesta a dejar sin efecto aquel conocido dicho. Desde que en 1933 se implementara el sistema de eliminatorias para definir a los clasificados al Mundial, este pequeño país del centro de Europa ha intentado acceder a la fase final de la cita futbolística por excelencia en todas las ediciones, acumulando ya 85 años de constantes frustraciones.

   Con el paso de las décadas se ha ido incrementando el número de participantes en la Copa del Mundo. Entre los 13 que dieron forma a la edición de 1930 en Uruguay a los 32 que jugarán en Rusia este año pasaron ya 79 equipos (contando a Islandia y Panamá, que harán su debut en este 2018). Sin embargo, Luxemburgo se mantiene como el único país que ha participado de todos los procesos clasificatorios sin conseguir el tan ansiado pasaporte a la gloria. Y la estadística empeora aún si consideramos que tampoco ha podido acceder a ninguna edición de la Eurocopa desde su creación en 1960.

   Pero no todo fue siempre tan oscuro en la historia de esta selección, que en sus comienzos era capaz de hacerle frente a las potencias como Francia, Alemania, Países Bajos o Bélgica, superando a todas ellas en al menos una ocasión durante principios del Siglo XX. En una época en la que los Juegos Olímpicos definían cuál era la mejor selección del mundo, la participación de Luxemburgo era una fija, jugando ininterrumpidamente desde 1920 hasta 1952, aunque sin demasiado suceso.

   No obstante, y tras dejar una gran imagen en Helsinki '52, eliminando a una selección amateur de Gran Bretaña y cayendo de manera ajustada frente a Brasil, la burbuja se pinchó, y los Red Lions volvieron al olvido. Fue recién en 1961 que lograron su primer victoria en las Eliminatorias rumbo a un Mundial, superando a la poderosa Portugal de Eusébio, aunque no fue suficiente para clasificar a Chile '62.

   Sin embargo, el momento que más enorgullece al fútbol luxemburgués estaría por llegar en el camino hacia la Eurocopa de España '64. Con apenas cuatro selecciones en la fase final, la clasificación era una verdadera carnicería. Y allí fue donde este pequeño país dio el gran batacazo, eliminando a los Países Bajos en la segunda ronda y accediendo al partido definitorio por un cupo ante Dinamarca, que finalmente fue para los nórdicos en una serie apasionante que debió dirimirse en un partido de desempate.

   Y ahora sí, al pozo otra vez. Entre aquella solitaria victoria rumbo a Chile '62 y el Mundial de Alemania 2006 la cosecha fue de apenas un partido ganado y sólo dos igualdades. Pero en el camino hacia Sudáfrica 2010 ocurrió algo inesperado, ya que por primera vez en la historia Luxemburgo no finalizó como colista de su grupo, en un hecho digno de reseñar que repitieron en las Eliminatorias para Rusia 2018, donde consiguieron una inolvidable igualdad en cero frente a Francia en Toulouse, que genera ilusión de cara al futuro.

   Si bien los nombres de los jóvenes jugadores que prometen revolucionar el fútbol en este pequeño ducado de poco más de medio millón de habitantes no son tan conocidos, el desembarco de luxemburgueses en clubes como Schalke, Eintracht Frankfurt, Middlesbrough, New York City o Metz, donde Vincent Thill se convirtió en el primer futbolista nacido en el 2000 en debutar en una de las cinco grandes ligas, denotan el crecimiento del deporte rey en un país que supo hacerle frente a las potencias del Viejo Continente y sueña con concretar nuevas hazañas.