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| Foto: Libertaddigital.com |
Históricamente Uruguay siempre ha sido semillero de grandes delanteros. En la actualidad, Edinson Cavani y Luis Suárez saben perfectamente lo que es representar a su país en grandes equipos europeos. En el pasado, jugadores como Diego Forlán en el Atlético de Madrid o Luis Cubilla en el Barcelona también supieron hacerlo. Sin embargo, ninguno de ellos supo vestir la camiseta del Real Madrid algo que solo Federico Magallanes puede jactarse de haberlo hecho.
Nacido en la ciudad de Montevideo, el Pelusa rápidamente tuvo un amor con el gol y con solo 17 años debutó en 1994 en el primer equipo de Peñarol, uno de los más grandes clubes sudamericanos.
En 1996, tras tres temporadas con los Aurinegros, en las que fue bicampeón, a Magallanes le llegó la oportunidad de dar el salto a Europa, más precisamente al Calcio para jugar en el Atalanta. Dos muy buenas temporadas a nivel individual ayudaron a la carrera del centrodelantero pero lamentablemente en la liga de 1997/98 su equipo perdió la categoría. Sin embargo, ante la sorpresa de todos, el atacante abandonó el club para fichar con el Real Madrid.
La llegada a los Merengues se dio en junio de 1998 bajo el mando de José Antonio Camacho que había agarrado el equipo ese mismo mes tras la partida de Jupp Heynckes. Como una incorporación desconocida, Magallanes arribó al equipo con una gran esperanza: "Estoy muy ilusionado y deseando formar parte estable del que sin duda es el mejor club del mundo", declaró para la revista oficial del equipo que lo presentaba como un delantero nato.
El uruguayo hizo la pretemporada con el Real pero nunca llegó a jugar ni un minuto oficial con el equipo. Uno se preguntaría cuál es el motivo por el que un técnico que lo pidió no lo tuvo en cuenta y la respuesta es muy simple. Tras 22 días a cargo, Camacho se peleó con la dirigencia, dejó de ser el entrenador de los Blancos y Guus Hiddink se hizo cargo del club dejando fuera de sus planes a Magallanes que en diciembre se iría a préstamo al Racing de Santander.
Aunque el delantero llegó con la idea de recuperar su nivel, nunca terminó de encajar en el equipo y, a pesar de que jugó los 19 partidos, solo terminó con un gol en su haber por lo que no continuó a préstamo y el Real Madrid tampoco quería contar con el uruguayo asi que tras disputar la Copa América 1999 con la Selección, regreso a su país natal de manera cedida para jugar en el Defensor Sporting.
En Uruguay el Pelusa recuperó increíblemente su nivel consiguiendo anotar 13 goles en 22 partidos y logrando el tercer puesto en la tabla general sólo por debajo de Peñarol y Nacional respectivamente, por lo que el Racing de Santander se puso en contacto para que delantero vuelva a vestir la camiseta del club español de cara a la temporada 2000/01.
Aunque se esperaba que ya estuviera en un gran momento, volvió a decepcionar con los Montañeses marcando solo tres goles en la temporada y descendiendo de categoría por segunda vez en su carrera por lo que el Real Madrid decidió rescindirle su contrato.
Para continuar jugando en el Viejo Continente Magallanes decidió volver a Italia, que junto con Uruguay, era el único país donde tenía cartel de goleador. En el Calcio jugó las temporadas 2001/02 y 2002/03 en el Venecia y Torino respectivamente. Sin embargo, no convenció y solo consiguió seis goles entre ambos equipos. Pero lo que más se recuerda es que con las dos instituciones perdió la categoría y fue citado para disputar el Mundial de Corea - Japón 2002.
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| Foto: Subrayado.com.uy |
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| Foto: Marca.com |
Con el centrodelantero los vascos descendieron ese año a Segunda B y el Pelusa pasó a jugar en el Dijon francés durante una temporada, antes de llegar al Mérida español, club en el que decidió colgar los botines a finales de 2009 con 33 años, dos campeonatos uruguayos, pocos goles en Europa, ningún minuto oficial en el Real Madrid y cuatro descensos de categoría. Sin dudas una promesa que nunca llegó a triunfar pero que tuvo un buen representante.



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