Promesas y nada más: ¿Tomamos unos Mattioni?

Foto: Dream Team

Quizá la frase que sirve de título para este post sería tan utilizada como las que incluyen a Marco Materazzi o Blaise Matuidi si Felipe Mattioni, aquel lateral brasileño que en sus comienzos era comparado con Cafú, hubiese podido superar las lesiones que le impidieron triunfar en el Milan, donde apenas disputó un puñado de minutos, o en Espanyol, club en el que jugó tan solo 18 partidos en cinco temporadas.

   Nacido hace tres décadas en Ijuí, de donde también es oriundo Dunga, el joven Mattioni se trasladó con 16 años a la capital de Rio Grande do Sul para jugar en Gremio. Allí debutó con el conjunto de Porto Alegre en 2008, y aunque contó con algunas posibilidades nunca llegó a ganarse el puesto de lateral derecho titular.

   Sin embargo, al año siguiente, y para sorpresa de propios y extraños, fue comprado por el Milan, que desembolsó 6 millones de euros por el pase del "nuevo Cafú". Como era de esperarse, en Italia nunca pudo ganarle la pulseada a Gianluca Zambrotta, y tras jugar apenas unos segundos en la victoria por 2-0 sobre Catania fue cedido al Mallorca a mediados de 2009.

   Con los Bermellones pudo ganar algo de protagonismo y fue parte del equipo que logró un más que meritorio quinto puesto en La Liga. Aquello le valió para que un histórico como el Espanyol de Barcelona pagara 2 millones de euros para hacerse con sus servicios de cara a la temporada 2010/11. Y allí comenzó su calvario.

Foto: La Ronda

   Al poco tiempo de haber arribado sufrió una ruptura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda que lo dejó afuera de las canchas hasta mediados del año siguiente. Tras varias operaciones y una larga recuperación, el lateral se preparaba para volver a pisar un campo de juego. Pero en septiembre de 2011 sufrió la misma lesión, aunque esta vez en la pierna derecha.

   Así, entre tantos contratiempos Mattioni tuvo que esperar hasta febrero de 2013 para debutar con el conjunto Periquito, del que se marchó en 2015 tras cumplir sus cinco años de contrato y con poco más de 830 minutos disputados.

   Con 27 años y un historial de lesiones complicado parecía difícil que se mantenga en el primer nivel europeo, pero increíblemente firmó con el Everton inglés, que lo cedió por seis meses al Doncaster de la tercera división. En su préstamo jugó poco y nada y a su retorno a los Toffees se limitó a vestir la camiseta del equipo de reserva en un puñado de partidos previo a quedar libre a mediados de 2016.

Foto: ceroacero.es

   Cansado de no jugar en Europa emprendió la vuelta a Brasil, donde pasó por Boa Esporte, Veranópolis y Juventude, club que lo incorporó este año para buscar el ascenso al Brasileirao pero con el que terminó bajando a Série C siendo titular durante gran parte de la campaña.

   En resumen, nunca sabremos que se sentirá "tomar unos Mattioni".