| Foto: Milenio |
Tras la disolución de la Unión Soviética el fútbol ucraniano ha tenido un crecimiento a nivel de clubes que no tiene demasiado que envidiarle al de Rusia. Sin dudas sus principales logros han sido la Copa UEFA conseguida por el Shakhtar Donetsk en 2009 y las semis de Champions League del Dynamo Kiev en 1999, aunque hace pocos años otro equipo logró posicionarse en los primeros planos europeos: el Dnipro Dnipropetrovsk.
Con un equipo sin figuras rutilantes, pero con algunos nombres más o menos conocidos como Ruslan Rotan (mundialista con Ucrania en 2006), Yevhen Konoplyanka, Nikola Kalinic o el inolvidable Dmitro Chigrinskiy, el Dnipro sorprendió a propios y extraños al meterse en la final de la Europa League 2014/15, en la que cayó de manera ajustada ante el Sevilla.
Pero pese a que por estos lados era un club prácticamente desconocido, en el Viejo Continente era casi una fija en competencias UEFA, y tras finalizar 2° en la temporada 2013/14 de la Ukrainian Premier League se clasificó a la Champions del año siguiente. Sin embargo, en la tercera ronda previa el Copenhagen fue demasiado para los Warriors of light, que fueron redirigidos a los play-off de acceso a la Europa League.
Allí un 2-1 global ante el Hajduk Split croata alcanzó para meterse en la fase de grupos, donde esperaban dos históricos como el Inter de Milán y el Saint-Étienne, además del Qarabag azerí. Pero desafiando a todas las casas de apuestas el Dnipro, que oficiaba de local en Kiev, avanzó a 16avos de final con tan solo siete unidades, luego de perder en sus dos presentaciones ante el Nerazzurri (0-1 y 1-2), tras una caída y un triunfo ante los de Azerbaiyán (0-1 y 2-1), y después de un empate y una victoria con los galos (0-0 y 1-0).
El desafío ahora era superar la ronda de 32, instancia en la que habían quedado eliminados en las dos ediciones anteriores. Pero el 4-2 global ante el Olympiacos fue más que suficiente para avanzar a octavos, en donde aguardaba el Ajax. Y allí continuaron los batacazos, ya que en el mítico Amsterdam Arena los ucranianos cayeron 2-1, pero gracias al 1-0 de la ida se quedaron con la serie.
Con el acceso a cuartos de final uno podía esperar que llegue otro grande, pero la realidad es que el rival fue el Club Brugge belga, en una eliminatoria pareja que recién se definió a los 82' de la vuelta cuando los ucranianos anotaron el único tanto para meterse a una semifinales históricas y jugar frente al siempre complicado Napoli. 1-1 en el San Paolo, 1-0 en el Olímpico de Kiev ante casi 65.000 personas (previamente no habían pasado las 20.000) y a la gran final de Varsovia.
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| Foto: El Confidencial |
Parecía un sueño que a los 7' fue alimentado por Kalinic, que anotó el 1-0 frente al Sevilla, que venía de ganar la copa un año antes. Pero promediando la media hora Krychowiak y Bacca dieron vuelta el resultado, que volvió a cambiar antes del descanso gracias a Rotan, que puso el 2-2 con un gran tanto de tiro libre. Aunque con el paso de los minutos la jerarquía de uno y la inexperiencia del otro comienzan a pesar, y un nuevo tanto de Bacca le dio el título a los españoles. Pero más allá de la tristeza el Dnipro ya había hecho historia.
No obstante, luego llegaría la debacle. Primero una sanción de la UEFA por incumplir el Fair Play Financiero, la quita de puntos por cuestiones económicas y el posterior descenso directo a la tercera división para la temporada pasada, en la que volvió a sufrir duras sanciones que desembocaron en la caída al campeonato amateur, donde se encuentra actualmente. A tres años de rozar la gloria.

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