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| Foto: clarin.com |
El pasado domingo Didier Deschamps se metió en la historia
grande del fútbol francés. No solo por haber sido el entrenador del
seleccionado que logró la hazaña de coronarse en la Copa del Mundo, sino
también por convertirse en algo que muy pocos consiguieron: ser campeón del
mundo como futbolista y como director técnico.
20 años atrás, Deschamps jugaba en la Juventus y era
convocado para disputar el Mundial que organizaba su país. El ex mediocampista
de los galos capitaneó al equipo y fue el encargado de alzar el trofeo luego de
la victoria por 3-0 ante Brasil en la final disputada en París. Seguramente en
ese momento no imaginó que iba a liderar desde el otro lado de la línea de cal
a Francia en su segundo título en la máxima competición.
La doble hazaña conseguida por Deschamps transformaría a
cualquiera en uno de los máximos ídolos y referentes de un país, y además del
francés, solamente dos personas pueden dar fe de lo que se siente alcanzar la
cima del mundo futbolístico en ambos cargos.
Uno de ellos, y el primero en lograrlo, fue el brasileño
Mário Zagallo, cuando se consagró campeón como entrenador con la Verdeamarelha en México 1970. Sin
embargo, no sería su único logro en el banco del pentacampeón del mundo, ya que
mientras Deschamps celebraba en 1998, Zagallo comandó al equipo subcampeón. Además,
en Estados Unidos 1994 fue asistente técnico de Carlos Alberto Parreira en la
conquista del Scratch.
Y como si todo esto fuera poco, también
estuvo como apoyo motivacional en el cuerpo técnico de Luis Felipe Scolari en
Corea-Japón 2002, el último Mundial ganado por Brasil. Como jugador, El Viejo Lobo fue bicampeón del mundo,
siendo partícipe en Suecia 1958 y Chile 1962. Por lo tanto, Zagallo estuvo
presente en las cinco coronaciones de la Canarinha,sin
dudas, una verdadera leyenda.
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| Foto: ecured.cu |
El último miembro de este selecto club es el alemán Franz
Beckenbauer. Como futbolista, El Kaiser
es considerado como uno de los mejores jugadores de la historia del deporte,
nada más y nada menos, ya sea jugando como zaguero o en la mitad de la cancha.
El Mundial que lo vio brillar fue el de 1974, en el cual el país teutón fue local.
Además, fue el capitán del equipo y quien tuvo el privilegio de levantar la
copa.
Como entrenador, consiguió el título mundial en Italia 1990,
luego de vencer a la Argentina de Diego Maradona en la final, tomándose
revancha del 1986, en donde la Albiceleste
dejó como subcampeón a la Alemania dirigida por el propio Beckenbauer.
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| Foto: latina.pe |
Si algo es más difícil que ganar un Mundial, es ratificarlo,
y aún más complicado es hacerlo de dos formas diferentes, participando dentro
del campo de juego y dirigiendo desde afuera. Por dicha razón, sin dudas que
Zagallo, Beckenbauer y Deschamps son auténticas glorias del fútbol y unos campeones
con todas las letras.



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