miércoles, 16 de mayo de 2018

Alexander Villaplane, de futbolista a miembro de una organización nazi


Foto: marca.com
En estos tiempos, costaría imaginar al capitán de una de las mejores selecciones del mundo en prisión, acusado por diversos delitos y como si fuera poco, implicado en la matanza de personas. Sin embargo, en la década del ’40, en plena Guerra Mundial azotando a Europa, hubo un caso así con un trágico desenlace.


   El protagonista en cuestión es Alexander Villaplane, nacido en Argelia, más precisamente en la capital, Argel, en 1905. En su adolescencia se trasladó a Francia para vivir con sus tíos y llamó la atención por su talento con la pelota, tanto que fue convocado para jugar con la Selección gala y llegó a capitanear a Les Bleus en el primer Mundial de la historia, el disputado en Uruguay en 1930.
   No obstante, no sería precisamente  por su actuación dentro del verde césped por el cual su nombre trascendió y aún pasados los años se recuerda. Cinco años después de haber jugado una Copa del Mundo, Villaplane cayó en prisión por pertenecer a una red que arreglaba carreras de caballos.
   Al salir, en lugar de retirarse de las ocupaciones ilegales se retiró del fútbol, y comenzó a contrabandear oro. La Alemania nazi, luego de ocupar París, armó la Gestapo francesa, conocida también como Carlingue, un grupo constituído por criminales que se dedicaban al tráfico y a la lucha contra la Resistencia francesa, que era un movimiento que estaba en contra de los nazis.
   Pero, ¿qué tiene que ver esto con Villaplane? Que la organización criminal creó la Brigada norte-africana, en la cual el franco-argelino estaba involucrado, a causa del crecimiento de la Résistence. El ex futbolista fue nada más y nada menos que subteniente y se dedicó a perseguir a sus enemigos. Se comprobó que fue parte de la ejecución de 11 partisanos, algunos de ellos menores de edad. También recibió dinero a cambio de entregar a 52 personas que posteriormente fueron asesinadas en la  Matanza de Oradur-sur-Glane, donde 642 inocentes perdieron su vida.
   Luego de la liberación parisina en 1944, se inició la búsqueda de los miembros de la Carlingue. Villaplane fue capturado y condenado a muerte junto a otros miembros de la organización. El 26 de diciembre, a sus 39 años, fue fusilado a las afueras de la capital francesa. Así, perdería su vida luego de haber arrebatado la de tantos inocentes.

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