miércoles, 21 de marzo de 2018

Juez y verdugo: la increíble historia de la joven pesadilla de España

Foto: elenganche.es
Incontable es la cantidad de ocasiones en las que hemos escuchado que un equipo superó a otro por tener más suerte. Porque el don del azar permitió que un disparo rival pegara en el palo y no ingresara, por ejemplo. Pero no es posible hablar de este fenómeno en el fútbol sin referirse a lo acontecido en la previa del Mundial de 1954, más precisamente en el duelo eliminatorio entre Turquía y España, en el que un adolescente y un sorteo le dieron la clasificación a los otomanos.

   Con tan solo 14 años, el italiano Franco Gemma se convertiría en el verdugo de la Selección española, que no pudo clasificarse a la Copa del Mundo pese a afrontar la etapa clasificatoria como claro favorito por sobre su rival. Pero, ¿cómo es que un joven que ni siquiera era futbolista definió el futuro inmediato de ambos equipos? He aquí la historia.
   Al haber transcurrido menos de una década del final de la Segunda Guerra Mundial, la deserción de las Eliminatorias europeas era inmensa, por lo que los grupos no estaban compuestos por más de dos o tres selecciones, que definieron a los 11 clasificados por el Viejo Continente entre fines de 1953 y los primeros meses de 1954.
   Así fue que España y Turquía quedaron emparejados en el Grupo 6, donde medirían sus fuerzas primero en Madrid y luego en Estambul para ver quién viajaría a Suiza.
   En la ida, la Roja demostró su chapa de favorita y goleó por 4-1 en el Nuevo Chamartín, aunque las crónicas de la época cuentan que el rendimiento de los españoles dejó mucho que desear. Para colmo, en aquel entonces no se contabilizaba la diferencia de gol, por lo que cualquier triunfo otomano en la vuelta obligaría a la disputa de un tercer encuentro.
   Y fue justamante eso lo que ocurrió: el 14 de marzo, en el Mithat Pasa Stadium, los turcos dieron el batacazo y superaron a la España de Ladislao Kubala (que pese a ser húngaro jugaba para la Roja) por 1-0 con un solitario tanto de Burhan Sargin.
   De esta manera, el escenario elegido para la contienda final sería el Olímpico de Roma, apenas tres días después del segundo encuentro. Allí los ibéricos tendrían toda la presión y no contarían con Kubala, que fue desafectado algunas horas antes del partido por un misterioso telegrama que recibió la Federación Española y que supuestamente provenía de la FIFA, aunque finalmente nunca pudo comprobarse su veracidad.
   Muchos condimentos para una película a la que no le faltó nada, ya que llegado el entretiempo del desempate el resultado era de igualdad en uno. En el complemento la paridad continuó reinando, y tras un tanto más por lado afrontaron un alargue en el que tampoco pudieron sacarse diferencias.
   Así es que luego de 120 minutos en los que no hubo ganador, y a falta de dos décadas para la invención de la tanda de penales (que sería justamente en España), no quedó otra opción que recurrir al reglamento, que señalaba que tras la disputa de un desempate podía jugarse otro si ambas selecciones lo deseaban, o simplemente realizar un sorteo. 
   Conscientes de lo que ya habían conseguido, los turcos optaron por definir su futuro de la manera más simple: con dos papeles en una urna. Y allí fue donde ingresó en escena Il Bambino Franco Gemma, hijo de un empleado del estadio que se hallaba en el momento y lugar indicado, siendo el más joven de los presentes en la sala de prensa.
   Con los ojos vendados, la mano derecha de Franco (paradójicamente tocayo de Francisco Franco, por aquel entonces dictador de España) sería la encargada de desatar la algarabía entre los otomanos y la desazón de los españoles, que tras finalizar cuartos en Brasil '50 tendrían que regresar a la península ibérica sin siquiera visitar Suiza.
   Los turcos, por su parte, afrontaron su primer Mundial en compañía del joven tano, que fue como una especie de amuleto, aunque finalmente se volverían temprano a casa tras golear a Corea del Sur y sucumbir dos veces frente a Alemania Federal. Pero, a fin de cuentas, ¿quién les quita lo bailado?

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