En los primeros años de existencia de la Federación de Fútbol de Islandia (KSÍ, por su sigla en islandés), Los Vikingos no participaron de las Eliminatorias europeas para la Copa del Mundo. Recién lo hicieron en 1958, previo al Mundial que se disputó en Suecia. No obstante, su experiencia fue bastante olvidable. Finalizaron últimos en su grupo, sin triunfos y con 26 goles en contra.
Luego de eso, recién volverían a competir por las clasificatorias mundialistas para la Copa que se celebraría en Alemania, en 1974, donde tampoco lograrían el ingreso al máximo torneo a nivel Selecciones. A partir de allí, Islandia no volvería a ausentarse de las Eliminatorias tanto como para disputar el Mundial o la Eurocopa, aunque no conseguirían sellar su pasaporte a ninguno de esos campeonatos hasta los años más cercanos.
A partir de los 2000, a paso lento, comenzó a gestarse la época dorada de los nórdicos. Sin embargo, hasta el año 2013, donde acarició la clasificación al Mundial de Brasil luego de perder en el repechaje ante Croacia, solamente registraba un empate en las Eliminatorias hacia la Eurocopa del 2004 ante la Alemania subcampeona de Corea-Japón.
El éxito que más alegrías le sacó a los 333.000 islandeses seguramente sea lo que consiguió el 9 de octubre de 2017: vencer 2-0 a Kosovo y asegurar su plaza para el Mundial de Rusia, por primera vez en su historia.
La entrada de Islandia al Mundial significó un récord Guiness. Es el país con menor población en disputar una Copa del Mundo. Así como también marcó la primera vez en la que un padre y un hijo jugaron un mismo partido internacional,en 1996, cuando el máximo goleador de la historia de Los Vikingos, el ex Chelsea y Barcelona Eidur Gudjohnsen ingresó a la cancha por su padre Arnór, la Selección nórdica sabe de hacer historia y de quedar para el recuerdo. ¿Podrá seguir sorprendiendo en Rusia?

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