Promesas y nada más: El heredero de Litmanen

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Decían que por su estilo de juego era parecido a Fernando Torres. Aunque claro, siendo finés la comparación más obvia para Lauri Dalla Valle era con Jari Litmanen. No importaba que el ex Ajax y Barcelona, entre tantos otros equipos, haya sido un jugador más abocado a la labor creativa, ni bien el apellido de Dalla Valle comenzó a sonar en el mundo del fútbol el delantero supo la mochila que debía cargar.

   Y todo por culpa de su padre Loreno, un policía italiano que se radicó en Kontiolahti, un pequeño pueblo al este de Finlandia, donde tuvo a sus tres hijos junto a su esposa Marketta. Quizá si nacía en Italia no hubiera habido tanto revuelo, pero las vueltas de la vida llevaron al joven Lauri, nacido en 1991, a dar sus primeros pasos en el JIPPO Joensuu del ascenso finés.

   Rápidamente llamó la atención de varios ojeadores, y con solo 14 años estuvo unos meses a prueba en el Inter de Milán, aunque no se adaptó. “Probablemente fui demasiado temprano para mi propio bien”, recordaría un par de años más tarde, luego de volver y darse el gusto de debutar con el JIPPO antes de alcanzar la mayoría de edad.

   Y si bien no pudo marcar en ninguno de los cuatro partidos que disputó, su promisorio futuro le consiguió una transferencia nada más y nada menos que al Liverpool para comienzos de 2008. Pero como era de esperarse comenzó su paso por los Reds jugando en las categorías inferiores, aunque pudo conocer a su compatriota Sami Hyypia.

   Pese a ser aun muy joven, Dalla Valle veía como el tiempo pasaba y Rafa Benítez no lo tenía en cuenta. Hasta que por fin en julio de 2010 y bajo el mando de Roy Hodgson se dio el gusto de debutar en el primer equipo en un partido de la tercera ronda clasificatoria de la Europa League ante el ignoto Rabotnicki en Macedonia. Con una constelación de estrellas de la talla de Diego Cavalieri, Alberto Aquilani o Milan Jovanovic, el Liverpool ganó 2-0 con un doblete de David N'Gog y 7 minutos de acción del finés.

   Pero aquello fue debut y despedida para el Fernando Torres nórdico, que para fines de 2010 y con 19 años se fue al Fulham junto al sueco Alex Kacaniklic como parte de pago por el traspaso de Paul Konchesky, que finalmente sería un fracaso en Liverpool.

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   En Londres tampoco le prestaron mucha atención y lo cedieron sucesivamente a Bournemouth, Dundee United, Exeter City y Crewe Alexandra entre principios de 2011 y los inicios de 2013. En este último mostró algo de lo que supo llamar la atención de los grandes de Europa marcando 5 goles en 10 partidos de League One (tercera división), por lo que tras quedar libre firmó con el Molde noruego de Ole Gunnar Solskjaer para el primer semestre de 2013.

   Pero allí volvió a hacer agua, y luego de pasar la temporada 2013/14 en el Sint-Truiden del ascenso belga sin meter un solo gol volvió al Crewe Alexandra, su lugar en el mundo, donde se mantuvo hasta mediados de 2016 sin jugar ni anotar demasiado. Con 25 años y sin club parecía que su carrera estaba acabada, hasta que en agosto de 2017 el Zemun de la Superliga serbia decidió jugársela por él.

   ¿Cuánto duró la aventura? Tres meses: en noviembre y tras jugar solo 140' distribuidos en cuatro partidos fue dejado en libertad y decidió retirarse para radicarse en Italia y vivir de su compañía de fotografía y consultoría. Al final lo único que lo unía a Litmanen era la nacionalidad. Y al Niño Torres nadie sabe.